Tras un informe del ITBA (Instituto Tecnológico de Buenos Aires), se determinó que el agua de Cañuelas presenta altos niveles de arsénico y de esa manera, no está apta para el consumo ni para cocinar: posee una concentración de 66 partes por billón (ppb) —equivalente a 0,066 miligramos por litro—, un nivel que supera ampliamente los límites establecidos por la normativa internacional de la Organización Mundial de la Salud.
Se analizaron 350 muestras y se elaboró un mapa que clasifica a las zonas más afectadas. Y ahí, Cañuelas aparece en el sector de color rojo, donde se recomienda no beber ni cocinar con esa agua.
También figuran los distritos de San Miguel del Monte, Roque Pérez, Ezeiza y San Vicente, entre otros.
Una docena de municipios.
La concentración más alta, 156 ppb, se detectó en agua de pozo cercana a Caburé y Jilguero, cerca de la Ruta 3 y el club de Planeadores. Otras zonas críticas son Alejandro Petión, el barrio Los Aromos y Uribelarrea.
Según la OMS, la exposición prolongada al arsénico —un elemento que se encuentra de manera natural en los suelos y acuíferos— puede causar el denominado Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico (HACRE), un cuadro clínico que provoca lesiones cutáneas, trastornos cardiovasculares, diabetes y diversos tipos de cáncer, entre ellos el de la laringe y el pulmón.






















