En un hecho que ha desatado una ola de indignación en la comunidad de Máximo Paz, René Horacio Valdivieso, de 64 años, fue aprehendido tras ser identificado como el autor del brutal asesinato de su propia mascota.

El ataque a golpes fue tan salvaje como incomprensible, y fue descubierto gracias a la denuncia de vecinos que escucharon los gritos desesperados del animal.

Valdivieso, residente de una vivienda de calle 12 de Octubre -entre Rivadavia y Sarmiento- fue detenido por personal de la Comisaría Segunda, luego de una rápida investigación.

La causa fue caratulada como infracción a la ley que reprime el maltrato y la crueldad hacia los animales. La Fiscalía N°2, a cargo de la Dra. Norma Pippo, intervino en el caso y dispuso la notificación legal correspondiente y, a pesar de la gravedad del hecho, el sujeto fue puesto en libertad.

Si bien es una decisión que muchos consideran una burla, lo cierto es que con las leyes actuales este tipo de delitos tienen penas bajísimas y excarcelables.

Pero el horror no termina ahí. De acuerdo a la declaración de los vecinos, Valdivieso aún convive con tres perros adultos y dos cachorros, todos en malas condiciones que podrían configurar un nuevo caso de maltrato animal. Por eso, la policía de Máximo Paz está recolectando pruebas para sustentar una intervención urgente que permita el rescate inmediato de los animales, antes de que haya que lamentar otra muerte.

La comunidad de Máximo Paz está conmocionada y furiosa. Vecinos y proteccionistas se están organizando para exigir la inhabilitación total del agresor para tener animales a su cargo, además de una sanción ejemplar que refleje la gravedad moral y social del acto cometido.

“Este hombre no puede seguir caminando libre, ni mucho menos teniendo más animales en su poder. Lo que hizo es una aberración”, afirmó una vecina visiblemente conmovida.

Mientras tanto, la causa sigue su curso y los proteccionistas esperan que, esta vez, la justicia no le suelte la mano a quienes no pueden defenderse: los animales. Porque hoy fue un perro… ¿y mañana?