La tecnología está al alcance de todos. Los inventos pueden modificar la vida de las personas y además, pueden salvar vidas. Alejandro hizo click luego de que su tortuga cayera por accidente a su pileta. En ese momento, pudo salvarla de milagro y este hombre amante de la electrónica craneó este invento tan llamativo: la alarma acuática, una creación 100 % cañuelense.

El protagonista dio detalles técnicos: “Agarré unos cañitos de cobre, hice un sistema de péndulo, coloqué una alarmita que tenía tirada y un botón de encendido. Una luz roja permita saber cuándo está encendida. Luego agregué una batería y un twistor”. El procedimiento, cuenta, es sencillo: “Lo colocás en el agua cuando esté calma y un splash genera las ondas que van a hacer que suene la alarma”.

El hombre, que también tiene un emprendimiento dedicado a la venta de paneles solares y realiza impresiones en 3D, agregó: “Ya lo tenía en mente, pero la tortuga fue un recordatorio de lo importante que es cuidar de nuestras mascotas y niños. No quería que nadie más tuviera que pasar por una situación así”.

“El prototipo lo hice en una hora. Se me ocurrió hacerlo y lo subí a mi cuenta de TikTok (@3d.impresiones), no fue algo pensado ni preparado con antelación”, sostuvo el hombre que trabaja día a día pensando en crear aparatos para el bien de la comunidad.

Y siguiendo la línea de los grandes inventos del verano, Alejandro comercializa un ionizador que hace que haya más sulfato de cobre en el agua y que las algas no prosperen. De esa manera, se gastan menos productos químicos.

Lo que llama la atención es que el emprendedor no piensa en sacar un rédito económico de sus productos. Tampoco piensa patentarlo: Alejandro quiere que cada persona pueda construirlo en su casa y así evitar comprarlo a valores que, según él, ascienden a los $ 300.000 o $ 400.000.