La “UPD” es una ceremonia que se puso de moda en el último tiempo, donde los alumnos del nivel secundario que egresan a fin de año, realizan una juntada para esperar su “último primer día” en la escuela. Música, baile y, en muchos casos, la ingesta de alcohol son las bases de una fiesta que empieza a cerrar un ciclo. Pero esta vez, el temor y las agresiones se apoderaron de lo que debía ser un momento de disfrute entre amigos.
El hecho comenzó con la desaparición del teléfono celular de uno de los jóvenes, que no había sido invitado a la juntada, pero que para evitar una discusión terminó ingresando a la reunión llevada a cabo en una propiedad de Córdoba y Guise. “Para que no hubiese conflictos le hicieron pagar la entrada correspondiente como a todos y lo dejaron ingresar. Dentro de la quinta el chico pierde el celular o se lo da a un amigo y empieza a hacer disturbios, acusando a todos y a cualquiera de habérselo robado. Ocurre una pelea, los chicos lo sacan de la quinta. Él vuelve con sus padres. Su padre trae un arma los hace arrodillarse a todos los chicos apuntándoles”, relata Nancy Reyna, mamá de uno de los jóvenes de 6°1° de la Escuela Estrada.
“A mí hijo le pega una piña Martín Pinelli, a lo cual mí hijo cae y se le cae el celular Samsung A30S. Él le saca un celular y la madre del chico cerró las puertas de la quinta diciendo que nadie iba a salir hasta que no aparezca el celular amenazando a todos los chicos y apuntándole a mí hijo con el arma en la cabeza”, comentó indignada Nancy.
Los padres de la víctima denunciaron que el celular que reclamaban los acusados nunca fue robado, sino que el hijo de los adultos que invadieron la quinta le paso el teléfono a un conocido suyo para simular un robo y tener una excusa para comenzar un conflicto.
“Todos los chicos que pudieron corrieron escapando, saltaron alambrados y paredones lastimándose. En la calle pedían ayuda a la gente y nadie los ayudó. Quiero dejar al descubierto a estas dos personas por haber hecho lo que hicieron. Esto no puede quedar en la nada ¿Que hacen ustedes si le apuntan en la cabeza a su hijo de 17 años? ¿Y si se le escapa un tiro? Nosotros los padres estamos indignadísimos con la situación. ¿Cómo una persona va a reaccionar de esa manera hacía 15 chicos menores?”, se preguntó la madre de uno de los adolescentes amenazados. “Hay 15 chicos de testigo de todo lo que hicieron”, indicaron.
El menor declaró en la Comisaría de Cañuelas en contra de Pinelli, quién en la dependencia tuvo un encontronazo con el padre del denunciante. Por el caso no hubo aprehendidos y el celular que sustrajo Pinelli ya fue recuperado por la policía y entregado a la Fiscalia N°1, donde recayó la causa iniciada por amenazas. Del aparato que desató la disputa no hay rastros certeros, pero aseguran que ya lo tendría, de nuevo, el dueño en su poder.
